Andalucía cuenta con una mayoría ideológica de centro-izquierda. El PP lo sabe y quiere acabar con la estrategia del miedo. Por eso, su candidato Juan Manuel Moreno no insiste demasiado en sus discursos en los casos de corrupción que asolan Andalucía (ERE y cursos de formación, como grandes estrellas), ni en la administración paralela de la Junta (formada por 30.000 personas, ‘enchufados’, como criticaron los funcionarios). “Esas personas resultan claves para que funcione bien la Junta. Pueden estar tranquilos. Tampoco somos enemigos de los funcionarios. Es importante destacar que los candidatos que ganan son los moderados”, cuentan fuentes próximas a Moreno consultadas por El Confidencial.
El PP-A maneja un trakking interno, con 800 encuestas telefónicas, que sitúa a Juan Manuel Moreno en un 4,1% de valoración como candidato frente al 3% de apenas un mes. Todavía suspende. Susana Díaz –por la mínima– tampoco aprueba. Y cree que el adelanto electoral en Andalucía supondrá un aumento en el grado de conocimiento de Moreno, ahora apenas del 59%. “En plena campaña Juanma será conocido por el 90% de los andaluces”, aclaran estas fuentes.