Martín de la Herrán parece –lo dice él mismo– un telepredicador estadounidense. Se mueve de un lado a otro de la sala, micrófono inalámbrico en mano, mientras sirven cervezas Victoria en el Pimpi Marinero de Málaga, con vistas a la Alcazaba y Teatro Romano. De la Herrán, nacido en 1976, resucita sus upeydinas (“la medicina para la Democracia”) de 2012 y recuerda su trabajo fuera del Parlamento, muy centrado en el perfil anticorrupción: el partido se ha personado como acusación en los casos ERE, EDU y facturas falsas de UGT.
El candidato de UPyD a la Junta de Andalucía se presenta por Málaga y el viernes por la tarde delante de diputados como Irene Lozano y Carlos Martínez Gorriarán, la europarlamentaria Maite Pagaza y una treintena de jóvenes del partido de toda España equipados con camisetas magenta intenta minimizar las encuestas que otra vez le sitúan fuera del Parlamento. “Intentan que nos desaminemos”, proclama a este diario. Ahí está el ascenso de Ciudadanos, que puede fagocitar al partido de Rosa Díez. La lideresa Díez se volcará en la campaña andaluza.