“Aquí, en Sevilla, te ha tocado la Lotería si no eres un imputado de los ERE”. Esta frase/guasa la suelta en medio de una cena frugal un alto directivo andaluz, harto de que Andalucía se haya convertido en gran medida en sinónimo de corrupción. “Esto hay que cambiarlo. Así no podemos seguir”, cuenta en un restaurante cercano al hotel Colón de la capital andaluza.
En el epicentro de los ERE (la implacable y polémica juez Mercedes Alaya ya ha imputado en este caso a 226 personas), la Corrupción en mayúscula se ha convertido en esa odiosa ama de llaves que siempre azota un territorio idílico de nacionales y foráneos. Escribimos de una comunidad autónoma de 8,5 millones de habitantes, la más poblada de España, un territorio similar a Portugal que soporta la tasa de paro más alta de toda Europa.
El arranque del reportaje multimedia que he elaborado junto al equipo de El Confidencial Lab.
Ilustración: Raúl Arias.