Todas las cámaras de televisión alineadas, “como si fuera un pelotón de fusilamiento”. José Luis Leal, detenido por orden de la juez Mercedes Alaya en el caso de los ERE, llegó en un vehículo de la Guardia Civil. Pidió que el coche fuera al garaje de los juzgados de Viapol de Sevilla, pero los efectivos del Instituto Armado se negaron. “Este es un asunto muy mediático y tenemos instrucciones de que usted salga en la foto”. Y zas. Al día siguiente, portada de ABC, “como signo implacable de la persecución de la corrupción”, relata Carlos Leal, sevillano, de 1961, abogado imputado en los ERE, acusado de ocho delitos por Alaya, en una entrevista concedida a El Confidencial.