Rafael Álvarez Giménez, comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, acaba de presentar su renuncia al cargo, según fuentes de la institución consultadas por El Confidencial. Álvarez Giménez ha sido denunciado por diversas irregularidades en la gestión del organismo que depende del Estado, como el inflado en 900.000 de las obras en el río Guadalquivir a su paso por Córdoba que adelantó este diario.
Las razones de su marcha obedecen, según un ingeniero experto próximo a la confederación, “a las presiones mediáticas que ha recibido los últimos meses”. El número dos de la CHG, que ha adjudicado a dedo más de tres millones de euros a empresas amigas, ha enfriado su relación personal con su jefe, Manuel Romero Ortiz, vinculado al PP de Granada, y a la secretaria general de la confederación, Consolación Vera, el tridente que ha manejado el organismo desde marzo de 2012.