A cuatro kilómetros de Alcalá de los Gazules en dirección a Ubrique, en pleno Parque de los Alcornocales de Cádiz, un grupo de diez locos maravillados por la fotografía nocturna se reúne el martes a las 23.30 horas para cazar perseidas. Estas lágrimas de San Lorenzo que encienden el cielo. Quizá es lo más parecido a la pesca con risas garantizadas de fraternidad entre Canon, varias Nikon y alguna Sony en plan verso suelto.
Antes de entrar en una laguna seca (“Quillo, ten cuidado a ver si el suelo no se hunde”, avisa un gaditano que no para de hacer gracias y juegos de palabras), cenan con bocadillos, refrescos y lenguas de nata, de Utrera (Sevilla). Estamos en el paraje llamado Garganta de Puerto Oscuro. Todos van equipados con linternas y trípodes. Y las cámaras full frame. “Yo siempre llevo una de cuerpo entero”, bromea Gaspar, un operario bajito de Navantia, los antiguos Astilleros de Cádiz, el alma de la fiesta fotográfica junto a Antonio, también de Puerto Real.
Aquí el resto del reportaje. Con fotos y vídeo de Fernando Ruso.