Les echan de los hoteles y la contundente policía marroquí utiliza la violencia cuando intentan acceder a Melilla. No sólo eso. A los refugiados sirios que viven en Nador y cada día esperan horas en Beni Enzar para entrar en Españano les queda dinero para vivir… y ya pasan hambre, como relatan a El Confidencial hasta media docena de testimonios.
Como cada mañana, Fátima, de 35 años, gruesa en las formas y con la piel quemada por el sol, fue a Beni Enzar. Se camufló entre varias marroquíes. Otra vez no pudo ser. La policía alauita, según denuncia, le dio un fuerte golpe en su pierna derecha. Fátima no puede pagar los 10 euros que cuesta el hotel de Nador donde se aloja. Le echaron de la habitación y está en la calle. Ahora duerme en los jardines de Zagnn de esta ciudad del Rif a 30 minutos en taxi de Melilla.
Aquí el resto del reportaje que publico en El Confidencial.
Foto: Agustín Rivera