El olivo está estresado. Los test del estrés del cultivo han sido muy intensos. Le falta agua, trata de sobrevivir y al final lo paga el fruto. Es lo que ocurre en esta campaña de escasas precipitaciones, con una sequía que amenaza convertirse en permanente. La cosecha, según datos de Asaja, alcanzará este año los 1,4 millones de toneladas (un millón corresponden a Andalucía). ¿La consecuencia? Los precios han subido un 22% solo en el último año. El precio del aceite virgen extra se sitúa ahora en 3,35 euros el kilo. Ha llegado a alcanzar esta campaña los cuatro euros.