Llega media hora antes de que salga el trono a su puesto en el varal, el F1, junto a la campana. Aún se tiene que colocar la túnica y el cíngulo rojo. Es Miércoles Santo, el tercer Miércoles Santo que Sander Klomp porta el Cristo de la Sangre de Málaga. Este holandés natural de Nijmegen, de 37 años, y formado en Maastricht, de 1,91 de estatura y 1,61 de hombro, quiere ser un cofrade más. “No me gusta el postureo; lo mío es fe”, proclama. “Y soy uno más, no me considero especial por ser guiri”.