José María García Urbano se ha sentido solo en estos meses de actividad parlamentaria. No solo por no contar su partido con él para un cargo relevante en alguna de las comisiones y por situarle en el gallinero de la Cámara Baja. También ha perdido sintonía con la dirección del PP de Málaga, el de Andalucía y el nacional. Y eso que, debido a su buena relación con Mariano Rajoy, que vio con muy buenos ojos su presencia en el Parlamento, todavía cuenta con un as en la manga: que le nombren alto cargo si Rajoy consigue gobernar tras los previsibles comicios del próximo 26 de junio.
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