Leí este año libros que no merecían la pena. Leí libros que olvidé al instante. Fueron los menos, sin duda. Leí libros maravillosos, de esos que dejan huella en tu memoria. Leí libros. Leo libros. Quien escribe, lee. Lo necesitamos como el respirar, como el transpirar. Quien escribe demanda referencias, escritores que sepan trazar una historia que te atrape, te haga pensar, te enseñe un camino.
Esta es una lista muy personal, que hago pública, aquí. Disfrútalos. Para vosotros:
- Cartas al padre Flye, de James Agee.
- Guadalquivir, de Juan Eslava Galán.
- Japón, 1941; de Eri Hotta.
- Todos náufragos, de Ramón Lobo.
- Lacrónica, de Martín Caparrós
- Hombres felices, de Felipe Navarro.
- Trump, el León del circo, de Francisco Reyero.
- La chica de ojos manga, de José Antonio Sau.
- Apóstoles y asesinos, de Antonio Soler.
- Escribir, viajar y vivir, de Robert Luis Stevenson.