“Me parece fatal”. El eurodiputado Alejandro Cercas responde, de modo directo, a El Confidencial, sobre lo que supone trasladar a 5.000 personas –diputados, personal y funcionarios– una vez mes al mes de Bruselas a Estrasburgo para la celebración de los plenos del Parlamento Europeo. El político socialista no se explica cómo la institución se gasta 122,8 millones de euros anuales para celebrar diez plenos al año en vez mantener la mayor parte de la infraestructura en la capital europea. En Luxemburgo se ubica la Secretaría del Parlamento (el personal administrativo).
“Estrasburgo vive de nosotros, la noche en el hotel de la sesión del Parlamento cuesta 190 euros, al día siguiente sólo 80 euros, pero si al final los franceses votan a favor de suprimir la sede de Estrasburgo el presidente François Hollande no volverá a sacar un solo voto en Alsacia [la zona donde se ubica la ciudad, al lado del río Rhin y lindante con Alemania]”, explica Cercas en un encuentro informativo con periodistas españoles –en el que estuvo este diario–, en la sede del Parlamento en Bruselas.
Los coches oficiales, junto a documentos oficiales, los meten en ocho camiones tráiler. También hay dos trenes especiales desde Bruselas y aviones chárter sólo para el personal europeo. “No seguimos en Estrasburgo porque los eurodiputados queramos. Es un desbarajuste total”, lamenta Cercas. Se calcula que las emisiones de CO2 adicionales ascienden entre 11.000 y 19 000 toneladas. La gran mayoría que viaja desde Bruselas a Estrasburgo pierde una jornada de trabajo completa, o cerca del 5% del tiempo de trabajo total, en viajes.