En el edificio de la Comisión, sentado en una sala de reuniones delante de la silla del presidente Durão Barroso, Joaquín Almunia tiene ganas de hablar de su partido. El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia («siempre socialista y siempre liberal, soy de Indalecio Prieto», proclama orgulloso), se muestra contrario a adelantar el proceso de primarias y utiliza un ejemplo de Sevilla. «Si vamos primero a nombrar el Giraldillo y luego construimos la Giralda nos vamos a quedar con una torre así de pequeña…Es muy malo empezar la casa por el tejado«, señala Almunia.
En un encuentro informativo con un grupo de periodistas españoles, entre los que se encuentra El Confidencial, el socialista tras ratificar que este será su último cargo («no tengo ningún futuro político, y es por decisión propia, por supuesto»), instó a la Ejecutiva Federal del PSOE a «prepararse para hacer propuestas que a la gente le llame la atención y le interesen, se intuya qué es lo que necesita el país para resolver los problemas y luego ya veremos quién nos representa».
¿Susana Díaz como futura lideresa del partido? «Yo no sé a quién se empuja. Me da la impresión que hay mucha gente en el partido que empuja a mucha gente. A veces es empujarse en el buen sentido y a veces lo que hacen es empujarles hacia el precipicio», señaló, tras alabar la función de Ramón Jáuregui como catalizador de ideas en la Conferencia Política del pasado fin de semana. «Hacía mucho que el partido no se esforzaba en esa reflexión», admitió.
Almunia también se refirió a la situación de Unicaja y el proceso de absorción del banco Ceiss. «Yo confío que cuanto antes se pueda decir que se ha culminado la operación, porque si no se culmina con éxito después de todo lo que se ha trabajado y las dificultades que se han resuelto y los obstáculos que había en el camino, Ceiss tendrá un problema muy serio y no queda mucho camino para seguir dando vueltas a esa noria; no puede seguir en el mercado por sí sola».
El vicepresidente europeo valoró también la gestión de Braulio Medel al frente de Unicaja (25 años en el cargo). «Con él no le ha ido mal», aunque no quiso opinar sobre su millonaria jubilación activa, como adelantó El Confidencial el pasado mes de octubre. «Cada uno tiene el presidente que nombra el consejo de administración que quiere tener», zanjó.