Todo un superviviente. Gaspar Zarrías ha superado la avalancha de petición de imputaciones dictada ayer por la juez Mercedes Alaya. El que fuera todopoderoso vicepresidente de la Junta de Andalucía se salva de la posible quema judicial en el caso de los ERE al no haber sido consejero de Empleo, Innovación o de Hacienda entre 2001 y 2009, el periodo que investiga Alaya, y las consejerías en las que la magistrada circunscribe su instrucción.
Durante esos años, Zarrías era el número 2 de Manuel Chaves y aunque aseguró en la comisión de investigación parlamentaria de las ayudas sociolaborales que jamás se reunía con director generales (negó que lo hubiera hecho con Francisco Javier Guerrero) sí que lo hizo con Juan Lanzas, el conseguidor de los ERE, el hombre de la familia Ruiz-Mateos en la Junta. Zarrías se reunió en la Casa Rosa, antigua sede provisional de Presidencia de la Junta, con los Ruiz-Mateos.