La “estrecha relación” con Antonio Fernández, consejero de Empleo de la Junta entre 2004 y 2010, fue clave para el reparto de los ERE. José González Mata, dueño de la mediadora Uniter, aprovechó su íntima amistad con Fernández, natural de Jerez, para encargarse de los expedientes relacionados con las bodegas de la quinta ciudad andaluza, según figura en el sumario del caso de las falsas prejubilaciones en Andalucía, al que ha tenido acceso El Confidencial. Él y el sindicalista Juan Lanzas –que se quedó la parte del pastel de Garvey- se las repartieron todas.
En el ERE firmado en la bodega González Byass ya aparece el nombre de Antonio Fernández, pero asegura que jamás cobró cantidad alguna ni la prejubilación. Tampoco el despido. El exconsejero trabajó 40 años en la empresa. “Yo estoy limpio”, aseguró el ex número 1 de la consejería, quien despachó codo con codo los nueve años que Francisco Javier Guerrero pilotó la dirección general de Trabajo del Gobierno andaluz.
Antonio Fernández aseguró a la juez Mercedes Alaya, en su declaración en el Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla antes de su entrada en prisión el Lunes de Feria de 2012, que se abstuvo de intervenir en la tramitación del ERE de González Byass, aunque no avisó por escrito. Tras su imputación, el exconsejero renunció a la prejubilación, aunque sí firmó la póliza de la indemnización por despido de 31.900 euros.