El proyecto de la Torre Pelli de Cajasol no sólo divide a los ciudadanos de Sevilla y genera un rechazo de la Unesco que conllevaría la retirada de la categoría de Patrimonio Mundial de la Humanidad al conjunto del Real Alcázar, Catedral y Archivo de Indias. También supondría un grave perjuicio a la economía de la capital andaluza. Principalmente, por el número de metros cuadrados de oficinas disponibles que existen actualmente en Sevilla.
En la capital andaluza están vacías el 12%: en Sevilla hay 136.000 metros cuadrados de oficinas sin alquilar ni vender. Sólo en la isla de la Cartuja, donde se construye la Torre Cajasol, hay 21.000 metros cuadrados disponibles, según un estudio inmobiliario de Inerzia de 2011. La consultora está elaborando el informe de 2012, que elevará según todas las previsiones el número de oficinas sin utilizar.
El presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Santiago Herrero, recuerda que el rascacielos sevillano se proyectó en unos años de “enorme bonanza” empresarial donde el negocio inmobiliario era “seguro”. “Esta sería una buena zona para la torre porque cualquier edificio de aquí [la Cartuja] no se corresponde con la arquitectura tradicional de la ciudad”, señala Herrero en una entrevista concedida a El Confidencial.