David Jiménez no quería escribir una historia de reporteros. Sí, hay reflexiones sobre el mejor oficio del mundo, pero esto no es un Territorio Comanche posmoderno, ese ajuste de cuentas que escribió Arturo Pérez Reverte cuando se despidió de Televisión Española. Jiménez jamás pensó que su primera novela tendría como escenario un hotel desvencijado y sus protagonistas serían dos afganos y un estadounidense. Pero la guerra le marcó. El botones de Kabul (La Esfera de los libros, 2010). Este es su Corazón de las tinieblas.
Lo publico en El Confidencial. Aquí el texto completo.