Ramón Muñoz, periodista de El País, con quien coincidí en la redacción central de El Mundo (lo conocí un par de veranos antes, jugando al billar en los cursos de verano de Ronda de 1997, cuando él trabajaba en Europa Press: era un experto en carambolas) ha escrito un artículo muy recomendable. Se llama ¡Noticia bomba! Este es su arranque:
«El periodismo es una profesión de riesgo. El mayor de ellos es el de morirse de hambre. Suele el común general idealizar al periodista como una especie de Superman quijotesco de las libertades, siempre dispuesto a desfacer entuertos, defender al menesteroso frente al potentado, y sacar brillo a la verdad con las teclas de su portátil. Y desconoce que la principal preocupación del periodista moderno es llegar a fin de mes«.
Algunas de las ideas del artículo de Muñoz:
1) La noticia ha dejado de tener valor y está al alcance de todos. Le llaman periodismo ciudadano.
2) Saberse mísero y codearse con el poder le crea una zozobra existencial.
3) Ya no persiguen tener más lectores sino más seguidores, ‘followers’.
4) El periodismo epiléptico de corta y pega en 140 caracteres triunfa.
¿Qué os parece? Estoy muy de acuerdo con Muñoz. Hay una bloguera catalana, Silvia Cobo, que discrepa en algunos puntos del artículo, muy twitteado (¿leído?) en Internet. Aquí la opinión de Cobo.