Ocurrió en Mallorca. «Soy amigo de tu director». La frase sonó a desafío. Diez minutos antes me había portado como un periodista absolutamente incorrecto. Al político le fastidió la pregunta. No esperaba que yo se la hiciera. Y luego me pidió que no le comprometiera más de ese modo. «Yo tengo una buena relación con tu director». Por supuesto que yo lo sabía. Pero decidí no autocensurarme. El que no arriesga, casi nunca gana. Tuve la suerte que mi director me respaldara, pero sé que en medios menos potentes el sometimiento del periodismo al poder político es total.
Le ha pasado lo mismo a un reportero de Televisión Española. Lo explica muy bien Ignacio Martínez en su blog. Aquí el vídeo de cómo se las gastan (muchos) la mayoría de los jefe de prensa, «sometidos al poder», como titula el periodista Francisco Rubiales en un libro que estoy leyendo. Son policías o mayordomos de la información como suelo decir en privado y ahora resalto en público.
Aquí el revelador vídeo: