Berlín. Relajada cena en el hotel Ritz-Carlton (Potsdamer Platz,3). Banderas no ha dormido nada en el avión, pero no tiene aspecto de cansado. Balance de la película en el Festival de Sundance, creado por Robert Reford: «El público hizo muchas preguntas. Se engancharon». En Youtube.com tecleando «Summer Rain and Sundance» se muestra un vídeo de tres minutos y 29 segundos con imágenes de una entrevista a Banderas en el festival de Park City (Utah), el viaje de Babirusa a Londres y Miguelito nadando en la piscina.
El director-actor, como siempre, muy comunicativo, casi sin parar de hablar, también escuchando, mirando directamente a los ojos, habla de literatura (de Juan Marsé y Eduardo Mendoza), también analiza el guión de Antonio Soler y muestra su ilusión en presentar su Camino de los Ingleses en la Berlinale. Frente a él, María Ruiz, Luli en la ficción de los Ingleses, que en primavera rodará en Nueva Zelanda. Fran Perea, con barba, va pidiendo la cena. Y Alberto Amarilla, recién afeitado, habla por el móvil.
María Ruiz quiere conocer a Lauren Bacall, que está en la Berlinale. «¿Me la puedes presentar?», le pide María a Banderas. «Sí, claro, la conozco bien. Le encantaba Nine y fue un par de veces a verme a Broadway».
Un vino de Toro y un vino chileno rematan una noche culminada con un SMS recibido en el móvil de Antonio Meliveo: «Raúl Arévalo ha conseguido el premio de la Unión de Actores«. Fran Perea llama a Raúl. Banderas también le felicita. «Me tengo que ir a dormir». Pero no lo consigue. Por la mañana decía a los productores: «Llevo 53 horas sin dormir».