Cansado, débil y sin alma. Llegaste justo en el momento elegido para el último desafío, cuando yo había abandonado cualquier esperanza.
Un reloj, una escritura huracanada y un instante. El borrador de los sueños del tiempo estaba a punto de cumplir su misión. El lugar del almanaque donde habitan anhelos, deseos e ilusiones sin romper.
La memoria del futuro acecha un minuto antes de la sentencia. Ha llegado el fin de tanto dolor, tanto sufrimiento, tanta angustia. No, no eres un milagro. Estamos aquí solos, frente a frente. Ya no hay testigos.
Dos corazones unidos tras la tempestad, dos exploradores de los sentimientos en este océano de incertidumbres. Cuando llegaste tú la zozobra se esfumó. Eres la campanada de mi vida.
Ayer o mañana, que mas da.
Grande Agustín
Tendremos que esperar 12 meses para que nos deleite con otro cuento?
¡Muchísimas gracias, querido hermano Menoso!
¡Alguno más escribiré, querida Nieves! ¡Muchas gracias por tu interés y ánimos!
Me ha encantado!!! Feliz año primo
Eres un romántico!!
¡Muchas gracias, Natalia! ¡Qué bien! ¡Y Feliz Año para ti!
¡Ja, ja! Tú sí que sabes, Alfonso.