No pasa el día -el mes, tampoco exageremos- sin que alguien me diga que los periodistas solo damos malas noticias. Suelo responder que si ellos están fatigados de leerlas, más lo estoy yo de contarlas. Harto de cubrir terremotos y tsunamis, revoluciones fallidas, guerras estúpidas, políticos corruptos, niños que se ganan la vida en vertederos […]